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sexta-feira, 10 de dezembro de 2010

Dios no acabó por crearme

En otro momento mencionamos el tema de la adcición como uma necesidad imperiosa, esto quiere decir que el adicto vá al encuentro de la droga por todos los medios possibles. Lo interesante em este fenómeno es  que en  casos de abstinencia a largo plazo , de 12 a 48 horas, surgen una diversidad de síndromes, fenómenos que sólo aparecen en os hombres jamás en los animales intoxicados. La combinación de esos factores con la personaldiad del adcito resultan en una  mezcla que alcanza primeramente los sentimientos y el humor. El aislamiento típico del adicto favorece que todo sea dirigido para la búsqueda del placer narcisista. 

Es una búsqueda muy arcaica de placer, el adicto se dá un “orgasmo farmacológico” a sí mismo. Así “este placer” substituye todas las otras formas de placer, también el placer sexual. Esta regresión toda modifica el comportamiento con el mundo y exceptuando los impulsos agresivos o  sádicos, la dinámica que prevalece es la de la negación, la inhibición y la del escape gracias a sus fantasias de poder. Del punto de vista de la psicanálise  lo que interesa es la estructura psicológica, sin embargo, es importante entender que no se debe reduzir el problema de la droga a una patologia neurótica.

Del punto de vista de una descripción analítica clásica y siguiendo a Otto Fenichel el deseo del farmacológico tendría como base la dependencia oral relacionada a un super-ego débil perturbado por las difunciones de las relaciones objetales. Entendemos sin embargo que esta visión todavía es flaca pero nos ayuda a entender la psicodinâmica del paciente cuando se trata del tratamiento en pacientes con uso abusivo en alcohol u otras drogas. Veamos otra lectura posible.

Una de las dimensiones del uso de las drogas es el deseo de refutar la existencia que se vive. Aquí estamos en el campo del deseo de la muerte y no más em el campo del deseo del placer solamente. La relación con el masoquismo es verdadera.

El dependiente liga constantemente con la muerte, la dimensión patológica de la personalidad del dependiente químico es ciertamente regresiva y arcaica, pero ella tiene otra cosa muy específica en la economía del dependiente de tôxicos, según Olievenstein, esta otra cosa lleva em cuenta su relación con la Ley, su relación con la Muerte, con el Drama.


“Percibimos repentinamente que la transformación en el estado de ser para los estados de no  ser no es fácil “.

En esta dirección, John E. Burns en su libro “El Camino de los Doce Pasos: tratamiento de la dependencia del alcohol y de otras drogas”, el problema no es beber, pero es como vivir. Lo que é le ayudó en su recuperación fue entender la espiritualidad como siendo la calidad de la relación con quién o lo que es más importante en la vida, dando, en nuestro parecer, una connotación del Verbo y de Acción Sagrada para la Espirtualidad en el sentido de convertirse en lo más práctico y más simple posible, entonces se sigue que el “Paso 00” es que la vida tiene que ser bien vivida y el “Paso 0” es que la gente necesita de gente. Esto es uma comprensión del autor, sería una solución, espirtual, tecnicamente seríamos los co-creadores de nuestra vida , la frase a seguir retiene bien este sentido:

[...] “Tengo que tener paciencia conmigo exactamente porque Dios no acabó por crearme”. Mathew Fox The Coming of the Cosmic Christ, San Francisco, Harper and Row, p. 129.

Vemos que la oposición Muerte y Vida converge paradojicamente a una calidad de plenitud, com la diferencia de que la primera carece de sentido, del vector mientras que en el segundo, la meta es dar sentido a la realidad, vivir la vida con el sentido de lo sagrado y esto es considerar la realidad principalmente nuestras imperfecciones, puesto que nos referimos a un espiritualidad de la imperfección e es esto exactamente lo qué tenemos en común con los otros y es lo que nos acerca de ellos.

Ref. Bibliográfica:

BURNS, E. JOHN. O Caminho dos Doze Passos: o tratamento de dependência de álcool e outras drogas. Segunda edição – São Paulo: Edições Loyola, 1995.

OLIEVENSTEIN, C. A droga: drogas e toxicômanos. São Paulo: Editora Brasiliense, 1980. 

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